jueves, 13 de marzo de 2008

LA HISTORIA

Marzo de 1812. Los ejércitos de Napoleón llevan dos años asediando nuestra ciudad, ansiosos de conquistar el último resquicio de España. Sólo la nefasta puntería de sus cañones y el valor de los gaditanos impiden que el colapso Imperio español.

Hace dos años, cuando comenzó el asedio francés, la ciudad apenas disponía de tropas. Hoy, los altivos gaditanos se han formado en milicias, y han aprendido el oficio de las armas a base de arriesgar su vida en las fortificaciones de la ciudad. Y es que hombres es lo único que parece sobrar en nuestra ciudad. Desde los vecinos de toda la vida, pasando por una legión de diputados de todos los rincones del Imperio, una marea de refugiados de toda España que buscan cobijo en la última ciudad libre de Europa, las tropas inglesas que nos ayudan en la guerra y los presos franceses se amontonan en las mazmorras de las fortalezas.

¡Pero cuidado! Las bombas francesas no son la única amenaza en el Cádiz de 1812. La vida es dura, y cuando el hambre atenaza, algunos tienen que sobrevivir gracias al contrabando y al ingenio. A la picaresca, hay que sumar los afrancesados, peligrosos traidores que apoyan a Napoleón, y a los serviles, fieles defensores del despotismo. Además, los gaditanos debéis enfrentaros con un enemigo aún más mortífero: la temida fiebre amarilla, capaz de matar tanto al mísero campesino como al rico comerciante.

¿Lograrán los diputados sobrevivir en esta peligrosa ciudad? ¿Será firmada la primera Constitución de España, cuyo objetivo no es otro que Vuestro que modernizar nuestro país, desterrar las viejas supersticiones y garantizar la libertad de todos nuestros conciudadanos? ¡De vosotros depende!

1 comentario:

Anónimo dijo...

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Descubriras el motivo por el que los franceses realmente nunca llegaron a ver de cerca las murallas de Cádiz.