miércoles, 19 de marzo de 2008

Y SE ACABÓ (POR AHORA)

Hoy se celebró la esperada Gran Gymkhana, y a pesar de la lluvia, disfrutamos de una gran asistencia y pasamos un rato estupendo. Aunque por este año ya hemos terminado, puede ser que estéis interesados en alguna información:

GANADORES

Se dio un empate entre dos grupos el 48 y el 40 que consiguieron 7 trozos de plano cada uno. El desempate fue a través de las pruebas complementarias, quedando vencedor el grupo 40, compuesto por:

1 - El diputado Luis Escolar Haro0

2 - Miliciano Alejandro Tinoco Vega

3 - Miliciano Luis Gil de Sola Letang

4 - Miliciano Luis Pérez Martín

5 - Miliciano José Mª Bernabé Rodríguez

Eso sí, debido a la lluvia, la entrega de premios se ha visto aplazada. Se informará sobre la fecha de entrega de premios a los que quieran asistir.

PRÓXIMA GYMKANA

Esta ha sido la primera Gymkhana que hemos organizado. Aún así, a pesar de la precipitación, su acogida ha superado todas las expectaciones (¡se inscribieron 88 grupos, casi 500 personas!), por lo que el año que viene se volverá a celebrar, esta vez con más tiempo de preparación, mayor presupuesto y mayor número de recursos humanos, atendiendo a imprevistos como la lluvia, posiblemente facilitando lugares cubiertos para realizar las pruebas.

Esperamos, por lo tanto, veros el año que viene.

VUESTRA OPINIÓN NOS IMPORTA

Aunque estamos contentos con el resultado global de la gymkhana, no nos cabe duda de que habrá puntos que tendremos que mejorar. ¡Queremos saber vuestra opinión y oír vuestros consejos! Podéis escribirnos a:

cijcadiz@terra.es

No olvidando indicar en el asunto: Opinión Gymkhana.

Y nada más, muchísimas gracias por haber participado y por haber demostrado tantísima deportividad. ¡Y viva la Pepa!

martes, 18 de marzo de 2008

LA ESPAÑA DEL 12 (O ASÍ)

Los ingleses del siglo XVIII eran mala gente, o si no mala gente, al menos sí un poco pesados. Porque había que ser pesado para intentar tomar Cádiz por la fuerza una docena de veces, y encima no conseguirlo.

Yo creo que era envidia, para qué engañarnos. Envidia de un imperio colonial en el que nunca se ponía el sol, envidia porque en nuestras colonias no había rebeliones (no como en las suyas: los Estados Unidos se les habían independizado), pero sobre todo porque eran muy prósperas. Y Cádiz era la joya de la corona, pues desde aquí se manejaba gran parte del comercio colonial.

Ahora entenderéis por qué nos aliábamos con los franceses, no porque el tal Napoleón fuese de fiar (que no lo era), ni porque fuera muy poderoso (eso, mira tú, ya sí lo era), sino porque los ingleses le tenían tanta tirria como a nosotros, y ya sabes lo que dicen: el enemigo de tu enemigo es tu amigo.

Eso sí, menuda tunda que nos llevábamos cada vez que nos juntábamos con Napoleón. En 1805 nos dio por mandar una flota conjunta a la francesa para derrotar a los malditos ingleses. Teníamos más barcos, peleábamos en Trafalgar, al ladito de casa como quien dice, pero que va: nos vapulearon de lo lindo. Luego, en 1808, Napoleón nos pidió permiso para pasar por España camino a Portugal, que era amiguita de los ingleses, y había que darle una lección. La lección no la llevamos nosotros, porque antes de darnos cuenta, nos habían secuestrado a la familia real, nos habían impuesto al hermano de Napoleón, José I, como monarca, y encima los franceses se habían hecho con el control de casi todo el país.

Como el rey no estaba, se reunieron las Cortes del reino. Lo primero que decidieron fue hacer una maratón popular hacia Cádiz, o lo que es lo mismo, correr como locos hacia el sur, antes de que los ejércitos de Napoleón los alcanzaran.

Primero se establecieron en la Isla de León, San Fernando para los amigos, pero luego se trasladaron a la más segura y fortificada Cádiz. Y mira por donde, aprovechando que los ingleses todavía estaban rondando las costas gaditanas, y siempre fieles a la idea de que el enemigo de tu enemigo es tu amigo, confraternizamos con los británicos y nos echaron una mano.

Las Cortes, influidas por los burgueses de ideas avanzadas, acabaron proclamando una Constitución que buscaba modernizar el país, acabar con las oscuras tradiciones y acabar así con el absolutismo (que no con el rey, que seguiría teniendo un gran poder, aunque limitado por las leyes). Y así, en medio de las bombas francesas, a las que respondían a tiros milicianos de Cadi Cadi, se proclamó en 1812 la primera Constitución de España.

En 1814 los franceses fueron derrotados. Nos gusta pensar que los gaditanos tuvimos algo que ver, y los españoles muchísimo de culpa, porque les tuvimos acongojaditos y fastidiados con las guerrillas anti-invasoras, que hoy día las noticias francesas habrían llamado células terroristas, pero bueno, la cosa es que ganamos y los franceses se fueron.

Esta es la parte buena de la historia. La mala es que cuando Fernando VII llegó como monarca, abolió la Constitución, encarceló a los Diputados liberales y restauró el absolutismo. El pueblo gritaba aquello de “Viva las cadenas”, y la nobleza y las altas jerarquías se tranquilizaron al descubrir que todo volvía a ser como antes.

Pero los gaditanos somos también un poco pesados, no os quepa duda, y cuando creemos que algo funciona lo intentamos una y otra vez. En 1821, el general Riego hizo un levantamiento en Andalucía que logró traer de nuevo las Constitución del 12. Por desgracia, los reyes absolutos europeos se tomaron muy mal este hecho, no fuese a ser que sus súbditos tomaran ejemplo, y mandaron un ejército llamado “Los Cien Mil Hijos de San Luis” (que no eran cien mil exactamente, ni mucho menos todos hijos del tal Luis, que el tipo sería santo, pero no superhombre).

El gobierno se refugió en Cádiz, pero como a los ingleses les importábamos ya un pimiento, las colonias estaban revelándose (en parte por culpa del regreso del absolutismo, que les había negado cierta autonomía), la ciudad se rindió, Fernando VII volvió a ser un rey absoluto y al pobre Riego lo ejecutaron. Exilio y cárcel para los liberales, otra vez.

Aún así, la Constitución del 12 influyó muchísimo a la de multitud de países, tanto europeos como americanos. Esa es la desgracia de nuestro país, que las buenas ideas que tenemos acaban funcionando mejor fuera que dentro.

Y fin.

lunes, 17 de marzo de 2008

USO DE INTERNET

Durante la gymkana tendréis que resolver algunas preguntas cuya información podréis encontrar en Internet, ya sea navegando por vuestra cuenta, ya sea consultando las pistas que ese mismo día iremos subiendo al blog.

Para facilitaros el acceso a Internet, tendréis a vuestra disposición 3 puntos wi-fi y un total de 5 ordenadores, que podréis utilizar en cualquier momento.

ATENCIÓN A LAS BANDEROLAS

A lo largo de vuestro recorrido por el Casco Antiguo podéis encontraros con casi 30 pruebas atendidas por actores, con los que tendréis que interactuar para conseguir vuestro objetivo.

Para que encontrarlos con mayor facilidad, hemos colocado unas banderolas de casi 4 metros en los puntos donde se celebran las pruebas. Aquí os dejamos el diseño, para facilitaros el reconocimiento:

HECHOS: LA LIBERTAD DE IMPRENTA


Cuando los diputados llegaron a Cádiz en 1810, la ciudad contaba con un solo periódico importante: El Diario Mercantil. Sus noticias eran más de tipo económico: anuncios comerciales, valores del cambio de moneda, y toda la información que era necesaria conocer en una ciudad que vivía del comercio internacional.

Pero al poco de llegar, las Cortes reconocieron la libertad de imprenta, o lo que es lo mismo, el fin de la censura escrita, que en España aún corría a cuenta de la añeja Inquisición. La única limitación para publicar era el tener dinero para hacerlo y el reunir material de suficiente calidad.

La proliferación de periódicos fue tremenda. Algunos se consagraron entre los lectores gaditanos (El Conciso llegó a tener una tirada de 2000 ejemplares, algo tremendo si tenemos en cuenta el nivel de analfabetismo de la época), y otros no duraban demasiado (El Observador duró dos meses, La Triple Alianza aún menos).

Las noticias solían ser, principalmente, referentes a las leyes que se estaban discutiendo en las Cortes. Temas como la guerra eran tratados con más problemas, pues no olvidemos que Cádiz era una ciudad sitiada y las noticias – que ya de por sí tardaban en cruzar el país – tenían aún más obstáculos para llegar.

Más importante aún que las noticias fueron los artículos de opinión. Gracias a ellos, se empezó a crear una incipiente opinión pública. Los lectores compraban la prensa no sólo acorde a las noticias que dieran, sino a la ideología de la publicación y la calidad de sus comentaristas. Así, había periódicos que defendían las Cortes y la Constitución (El Robespierre Español), mientras que otros la criticaban duramente y consideraban que el absolutismo era el mejor sistema de gobierno posible (El Censor General).

domingo, 16 de marzo de 2008

LUGARES: EL MENTIDERO

La plaza del Mentidero había sido creada, al igual que todo el barrio que la rodeaba, a mediados del siglo XVIII. Era uno de los espacios más amplios que existían en la ciudad, y por su localización estaba a salvo de las bombas francesas.

En las noches de primavera y verano, ante el miedo de que los bombardeos franceses derribaran sus casas, muchos ciudadanos cuyos domicilios se encontraban dentro de la zona de alcance de los proyectiles galos preferían pasar la noche durmiendo en el Mentidero, más incómodos pero también más tranquilos.

sábado, 15 de marzo de 2008

PERSONAJES: DOÑA FRASQUITA


Doña Francisca Ruiz de Larrea y Aherán, cariñosamente llamada Doña Frasquita, fue una mujer excepcional para su época.


Nació en Cádiz en 1775, que en la época era una de las ciudades más abiertas y cultas que podían encontrarse en occidente. No puede sorprendernos, por lo tanto, que escribiera (y además muy bien), algo que contrariaba a muchos hombres de la época, que veían con desconfianza el que las mujeres desarrollaran actividades intelectuales.


Durante el asedio francés a Cádiz, formó una tertulia en la que se dieron cita intelectuales y diputados, y a través de la cual se abrió paso el movimiento Romántico por primera vez en España.